En este encuentro se desmontaron algunos mitos, entre ellos que los quesos, en realidad, combinan bien con los vinos tintos. Muy al contrario, se comprobó que la frescura de estos blancos y su bien equilibrada acidez, en combinación con los quesos, limpia el paladar, refresca y permite reafirmar las virtudes y cualidades organolépticas de los quesos.
Por parte de la D.O. Ca. Rioja se presentaron siete vinos, desde jóvenes a fermentados en barrica y con crianza. Por parte de los quesos de la Comunidad Valenciana llegaron siete elaboraciones procedentes de leche pasteurizada y cruda de cabra y oveja.
Los primeros en cogerse del brazo fueron Conde de Valdemar 2014, con el Queso Picarcho La Sabina; siguieron Nivarius 2013, con el queso La Hererat d’Pere; Ijalba Maturana Blanca 2014, con el queso de Servilleta La Sabina; Gómez Cruzado 2014 y queso Extramuros Los Corrales; Campillo Blanco Fermentado en Barrica 2014, con queso Tronchón Los Corrales; Sonsierra Fermentado en Barrica, con queso Dama y cerraban Onomástica Reserva 2011, con queso Tot del Poblet.
La Comunidad Valenciana cuenta con una larga tradición quesera, destacando por disponer de alguna de las elaboraciones más singulares de todo el país. El tradicional formato de Servilleta, Tronchón, Cassoleta o el queso de Nucía son algunos de los ejemplos de quesos autóctonos, que gracias al esfuerzo de los productores no se ha perdido.
Muchos de estos quesos son frescos o de corta duración, a base de leche de oveja y de cabra, ganaderías bien adaptadas a la zona; pero también en la Comunidad Valenciana hay especialidades de quesos madurados lácticos o de corteza húmeda, elaborados con leche cruda o pasteurizada, desde El Maestrazgo hasta la costa.